viernes, 20 de febrero de 2009

Nuestra Señora de la Torre

En la parroquia de San Miguel Arcángel, en el sotobanco del retablo mayor, se conserva una lignaria imagen de la Virgen María (60 x 25 x 31 cms.) con el Niño (23 cms.), bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Torre.

La Virgen tuvo su ermita en la dehesa "Torre de Paniagua", que está situada a 1 km. y 300 metros de la población de Tejeda, en la carretera que conduce a Bazagona desde el cruce de Vallejera, y que en la actualidad está convertida en "casa de heno".

Este texto está publicado en la Web "Coloquios Históricos de Extremadura" y forma parte de un interesante artículo con el título "Imagineria medieval en las iglesias de la comarca de La Vera", en el que se narra la historia de la imagen de la Virgen de la Torre. Merece la pena dedicar un rato a su lectura.

3 comentarios:

dulius dijo...

Sobre la ermita de la Torre existe un interesante artículo de Emilio y Demetrio González Núñez publicado originalmente en "Revista de Folklore", 72 y reproducido en "La Micaela", 9 (véase enlace de este blog). Respecto al texto de los "Coloquios Históricos de Extremadura", hay que precisar que la ermita no se encuentra a 1 km y 300 m de Tejeda, sino que está "distante una legua", como se dice en el Libro de Cuentas de la Cofradía en 1775, es decir, los aproximadamente 5 km actuales que hay hasta Vallejera.
De las muchas cofradías pías que ha habido en Tejeda (podemos citar, ya en el siglo XVII, las del Santísimo Sacramento, Glorioso San Pedro, Nuestra Señora del Rosario, Glorioso San Blas, Benditas Ánimas, Dulce Nombre de Jesús, Pasión y Vera Cruz, Santísimo Cristo y Santos Mártires), la de Nuestra Señora de la Torre fue de las más destacadas, como podemos colegir de la información que nos proporcionan los Libros de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Sabemos que la Cofradía disponía de un importante patrimonio en olivos, morales, prados, cercados y, sobre todo, ganado. Por citar un caso que ilustre este hecho, en 1778 la Hermandad poseía 64 cabezas de ganado (37 vacas de vientre, tres utreras, un novillo utrero, siete eralas, seis erales, seis añojos y añojas, un toro y tres bueyes). Que las reses suponían una parte significativa de los haberes de la Cofradía nos lo confirman los gastos anuales en herraderos, capaderos, campanillos, portillos, candados para los cercados o doma de novillos y bueyes. Como curiosidad, hay que mencionar los “treinta reales que costó una perra para el ganado a prorrata, y lo demás lo pagaron las demás cofradías” (en las cuentas de 1791).
El dato más llamativo sobre lo relativo a la cabaña de la Cofradía es el del pago (consignado como limosnas) que se hace a los loberos a cuenta de los lobos muertos. Es raro el año en que no se contabiliza alguna res desgraciada por los depredadores, como también lo es el año en que no se consignan lobos cazados. Cada uno de éstos o cada camada tenía estipulado un precio en reales. Los pagos los hacía el cura, y suponemos que serían aportados por todos los que tuvieran ganado en la Villa. La abundancia de lobos en la comarca debía ser tal, que para ciertos lugareños la caza de estos animales hubo de ser una fuente de ingresos extra nada despreciable. Podemos suponer que, incluso, hubiera loberos profesionales. Todavía algún tejedano recuerda una historia sobre estos míticos y temidos carniceros ambientada en la dehesa boyal a finales del siglo XIX.
Pero nos estamos saliendo del asunto de la "entrada". Dejemos este tema, pues, para otra ocasión, si algún sufrido usuario del blog lo cree interesante.

Weberos dijo...

Excelente comentario, Dulius.

Al respecto del asunto de los lobos, estoy seguro que es desconocido para muchos de nosotros. Si tienes más información, envíanosla a tejedadetietar@gmail.com y la publicamos como una entrada independiente.

Anónimo dijo...

enhorabuena Dulius un comentario interesante.saludos paisanos desde santa coloma